La manera de acompañar en la guitarra de jazz se mantiene en constante evolución. En las big band antiguas y Durante muchos años los guitarristas fundamentalmente tocaban los acordes con el mismo pulso del contrabajo, formando parte de la sección rítmica y de la sensación de «pulso estable». Generalmente tocando voicings de 3 o 4 voces que se pueden mover con facilidad para no perder el pulso rítmico.
Wes Montgomery y muchos otros guitarristas de su época desarrollaron un lenguaje de acordes con las voces muy cerradas mayormente, usando bloques de cuatro cuerdas en muchas ocasiones y con intervalos no muy amplios.
Un primer cambio en la manera de concebir el comping en la guitarra vino de la mano de Jim Hall; en el disco: «The Bridge» de Sonny Rollins, en el primer tema: «Without a song» responde con una melodía que hace contrapunto a la melodía del tema que toca Sonny Rollins, dejando mucho más espacio que si tocara varias voces.
George Van Eps desarrolla todo un sistema de Chord Melody y desarrolla el uso de las triadas por todo el mástil, en posiciones abiertas y cerradas. Las abiertas con saltos muy grandes de Intervalos. Sus tres libros sobre armonía en la guitarra son muy recomendables pero ciertamente densos. Uno puede estar trabajando meses sobre una sola de sus páginas.
Más adelante guitarristas como Kurt Rosenwinkel o Ben Monder, trabajan con el sistema de triadas de George Van Eps(entre muchas otras cosas) y desarrollan un lenguaje armónico más amplio y abierto, con voicings más abiertos.
En la actualidad guitarristas como Lage Lund tocan en muchas ocasiones acordes en posiciones muy abiertas, y seleccionando muchas veces solo 3 notas del acorde, dando una sensación mucho más abierta y de espacio.
Actualmente también los guitarristas cambian el tipo de acorde a su antojo como por ejemplo un acorde menor donde debiera haber un mayor, o una triada con el bajo en cualquier nota que no sea la tónnica, dando una serie de opciones que hasta hace no mucho solo se solía escuchar en pianistas, pero que sorprende mucho al oído; aunque obviamente dependerá mucho de la creatividad y buen gusto de cada guitarrista para conseguir un resultado de verdad interesante.