El apartado de hoy es conceptual; técnicamente no hay nada más fácil pero es espectacular lo difícil que es para casi todos los músicos: saber cuando no hay que tocar. O cuando el silencio va a generar más interés en la música.
Sin lugar a dudas lo primero que tenemos que hacer es tomar consciencia de si, lo que vamos a tocar ayuda a la música o es una manera de exhibir nuestra habilidad. Puede parecer fácil distinguirlo pero yo pienso que no lo es en absoluto.
Tanto a nivel compositivo, como improvisando o acompañando, es interesante decidir en qué partes de los temas no quieres tocar o escribir para cierto instrumento.
En message in a bottle de «The Police» hay partes que hace los arpegios la guitarra y el bajo no toca. El contraste al ser un trio hace mucho más rica la música que si tocaran los 3 todo el rato, generando texturas diferentes.
En el disco Nefertiti , de Miles Davis, hay temas en los que Herbie Hancock, no acompaña en todo el solo de Wayne Shorter hasta los últimos compases.
Si acompañamos standards, podemos estar varios coros sin acompañar, o incluso todo un solo.
Es muy común que te valoren más por saber cuándo callar que por hablar demasiado. En la música pasa exactamente lo mismo.